El Big Data entra en juego en el Mundial de Fútbol

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Cámaras en el terreno de juego que permiten realizar un seguimiento de los movimientos de los futbolistas y la trayectoria del balón durante el partido, y sensores bajo la camiseta de los futbolistas que aportan datos sobre su rendimiento, son algunas de las tecnologías que permiten que las selecciones saquen el máximo partido al big data.

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El sports analytics es decir, la introducción de sistemas big data en el deporte, es una tendencia al alza, y estará más presente que nunca en el Mundial de Fútbol de Rusia, donde muchas selecciones llegan equipadas con la última tecnología y con profesionales que se encargan de analizar grandes cantidades de información para resolver posibles problemas en el juego y facilitar la toma de decisiones al cuerpo técnico.

Gracias al big data, el entrenador cuenta con información clave para tomar decisiones que cambien el rumbo del encuentro durante el descanso o realizar cambios en la alineación y la táctica para corregir posibles complicaciones aprovechadas por el rival durante los 90 minutos. Además, toda la información recopilada queda registrada en una base de datos que permite realizar un análisis más profundo de cara a los siguientes partidos. Pues bien, Según The Valley, en el Mundial se implantarán avanzados sistemas que sofistican aún más la aplicación de esta tecnología en el mundo del fútbol.

Un ejemplo de ello es la presencia de cámaras en el terreno de juego, que permiten realizar un seguimiento al detalle de los movimientos de los futbolistas y la trayectoria del balón durante el partido. Esta información es procesada por un software que ofrece estadísticas actualizadas en tiempo real e imágenes en directo a los analistas, que son los encargados de examinar cómo están rindiendo los jugadores, qué posiciones están resultando claves en el devenir del juego y analizan las situaciones vividas en el partido para sacar conclusiones y transmitirlas a los técnicos. En total, según los expertos, se pueden llegar a generar más de 8 millones de datos en un solo partido. Además, la visión del juego, más amplia desde las gradas del estadio, lleva a muchos profesionales del big data a situarse en la tribuna para tener también una referencia subjetiva de lo que está pasando. En este caso, suelen usar dispositivos móviles, como tablets y smartphones, para comunicar los datos al banquillo.

Para completar la información que ofrecen los sistemas de big data durante los partidos, las selecciones cuentan con dispositivos y sistemas que miden el rendimiento individual de cada futbolista. Los sensores que llevan algunos jugadores debajo de la camiseta permiten registrar y analizar datos recogidos en los entrenamientos. Estos dispositivos incorporan un contador de pulsaciones, acelerómetro y GPS para llevar a cabo un seguimiento individual de la resistencia física, la velocidad y la forma de correr, indicadores que permiten comprobar el nivel de fatiga y prevenir el riesgo de lesiones. Estos parámetros descriptivos de cada jugador permiten establecer modelos predictivos para compararlos con jugadores rivales o compañeros de cara a decidir, por ejemplo, la alineación titular.

Los expertos de The Valley destacan que, al analizar los datos siguiendo algoritmos matemáticos, el analista obtiene resultados estadísticos que, al cruzarlos con los datos de las selecciones rivales, permiten prever por dónde se puede crear más peligro en ataque, qué jugadores tienen más probabilidades de ganar duelos aéreos y qué zonas del terreno de juego son más favorables en la presión para robar la posesión al equipo rival. Una vez encontrado el dato clave, el analista comunica sus conclusiones al cuerpo técnico, quien toma las decisiones más oportunas según las circunstancias del equipo y el rival. Todo ello, con la garantía de contar con información contrastada y objetiva.