Los ataques dirigidos, la vulnerabilidad en los sistemas de pago y el malware para IoT, tendencias de riesgo para 2015

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ESET ha presentado un informe en el que se detallan las principales tendencias en cibercrimen previstas para 2015. Durante el año que ahora termina el foco estuvo en la privacidad y malware para Android, pero para 2015 se esperan riesgos para otras áreas.

Entre las previsiones de ESET destacan los ataques dirigidos. Comúnmente conocidas como APT (Advanced Persistent Threats o, en castellano, Amenazas Avanzadas Persistentes), se diferencian de los ciberataques tradicionales por el hecho de que poseen un objetivo definido, es decir, no persiguen a cualquier objetivo disponible. Además, este tipo de ataques busca mantenerse sin ser detectado por largo períodos de tiempo. “El vector de ataque para los ataques dirigidos se vale de técnicas de ingeniería social”, afirma Josep Albors, director del laboratorio de ESET España, que añade que “de esta forma, se usa la manipulación psicológica para llevar a las potenciales víctimas a realizar ciertas acciones o a divulgar información confidencial. Los ataques también toman la forma de exploits 0-day”.

Otro foco de ataques serán los sistemas de pago. “Los usuarios comienzan a confiar en los sistemas de pago online para adquirir productos y servicios, por lo que se vuelven más interesantes para quienes desarrollan malware en busca de un beneficio económico”, asegura Albors. En 2014 se vio el ataque más grande conocido a un sistema de pago digital, que representó pérdidas por valor de 600.000 dólares en Bitcoins y Dogecoins usando una red de máquinas infectadas. ESET también informó sobre ataques que afectaron a los usuarios de Dogevault en mayo, cuando algunos de ellos informaron de pérdidas de dinero poco antes que el sitio fuera dado de baja. Además, se han detectado ataques de fuerza bruta, como los realizados contra Win32/BrutPOS, que intentaban acceder a máquinas PoS (aquellas utilizadas para realizar transacciones en tiendas) al utilizar una variedad de contraseñas empleadas normalmente para lograr un acceso remoto a los dispositivos.

En tercer lugar, Internet de las cosas. Los nuevos dispositivos que se conectan a Internet y almacenan información se vuelven vectores de ataques atractivos para los cibercriminales. Durante 2014, se evidenció esta tendencia creciente, con ataques a sistemas de información en vehículos, en Smart TV, en sistemas biométricos y en Google Glass. “Se trata de un espacio emergente para el cibercrimen y debe ser un área de interés para la seguridad informática”, agrega Albors, que añade que “si bien pueden pasar algunos años hasta que se transforme en una amenaza prevalente, es necesario actuar para prevenir este tipo de ataques”.

El estudio muestra que éstas serán las nuevas amenazas más persistentes durante el año aunque otros ataques, como los realizados a sistemas operativos móviles continuarán centrando también los esfuerzos de los investigadores.

Redacción