Retos que debe afrontar el mercado de seguridad
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Efectivamente, en la actualidad, las organizaciones de todos los tamaños están cercadas por una ola incesante de malware. Según una reciente encuesta de Fortinet, el 85% de las compañías han sido víctimas de un incidente de seguridad en los dos últimos años.
El malware y el ransomware son los más extendidos y los que, tras Wannacry y Petya, han tenido mayor repercusión mediática. Aproximadamente, el 47% de las compañías reconocen haber sufrido este tipo de ataque y aún hoy los perciben como uno de los mayores riesgos a los que se enfrentan.
“Principalmente, el ransomware ha ‘democratizado’ la seguridad informática: cualquier compañía ahora puede ser objeto de un ataque que perjudique gravemente su cuenta de resultados y su actividad”, declara Antonio Anchustegui, business manager Virtualization, Security & Networking en Ingram Micro.
Para Sara Crespo, channel account manager de Fortinet Iberia, “la difusión y repercusión de este tipo de ataques hace que la importancia de la ciberseguridad dentro del nuevo ecosistema generado por la transformación digital sea cada vez mayor e implique más eslabones de responsabilidad e inversión dentro de las compañías, especialmente teniendo en cuenta que el 80% de los usuarios afirma que no volvería a colaborar con una empresa si ha sufrido una violación de sus datos personales”.
Por su parte, José Luis Paletti, security presales engineer en Arrow ECS, afirma que “el tipo de amenazas ha ido evolucionando y, si bien hace unos años, bastaba con motor de antivirus basado solamente en firmas, hoy en día es necesario elementos de análisis dinámico, como, por ejemplo, tecnologías de sandboxing que sean capaces de encontrar ataques basados en vulnerabilidades y que vengan por diferentes medios”.
Junto con el creciente panorama de amenazas, un importante dinamizador de este mercado está siendo el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), ya que provoca que el consejo de dirección de cualquier compañía se vea claramente implicado en la estrategia e inversión en seguridad.
“La llegada del nuevo Reglamento General de Protección de Datos no es una amenaza en sí, pero su obligado cumplimiento supone que la revisión y actualización de las políticas y medidas de seguridad. Todo esto hace mover al mercado y, por supuesto, hace que las empresas sean cada vez más conscientes de la necesidad de implementar no sólo medidas de seguridad acordes a los nuevos tiempos, sino renovar sus infraestructuras”, apunta Carlos Vieira, de WatchGuard.
El cumplimiento normativo se une a los retos a los que debe hacer frente cualquier organización, entre los que destacan la falta de visibilidad, que hace que muchas veces no se detectan las brechas de seguridad; la falta de personal cualificado, y la creciente complejidad de la arquitectura. Todo ello hace que la seguridad TI reciba cada vez más atención por parte de los directivos de cualquier tipo de organización, y aumente la demanda de profesionales y soluciones preparadas para dar solución a un nuevo entorno en el que tanto el marco regulatorio como las consecuencias derivadas de un ciberataque convierten a la seguridad en algo inherente al desarrollo diario del negocio.
