Los clientes valoran que las tiendas les ofrezcan métodos de pago alternativos

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La experiencia de compra ‘made in’ gana adeptos. Que el proceso de devolver el producto sea sencillo, que el método de pago preferido figure entre las opciones y que haya distintas opciones de recogida son las tres razones más importantes para los españoles a la hora de evaluar una experiencia de compra excepcional.

Aunque las tarjetas de crédito o débito siguen siendo las favoritas, los clientes dan cada vez más importancia a otras alternativas. Así lo indica el último estudio de Planet, que analiza las preferencias de los consumidores de 16 países, entre los que se encuentra España. Según este estudio, garantizar procesos de devolución ágiles y personalizables, y que haya opciones en el carrito para poder o bien recibirlo en casa o bien recogerlo en algún punto o en tienda, son otras de las facilidades más valoradas por los consumidores españoles. Además, permitir al comprador pagar en su divisa y habilitar servicios tax free para clientes extracomunitarios también se revelan claves para el sector retail.

Las billeteras digitales y otros métodos de pago alternativos a tarjetas de crédito y débito, como tarjetas de prepago, e, incluso, criptomonedas, son cada vez más valorados por los consumidores. En el caso de España, un 86% de los clientes valoran positivamente que los comercios los ofrezcan. Mientras que en nuestro país los métodos de pago online favoritos por los españoles son la tarjeta de crédito o débito, Paypal y tarjetas de prepago como Revolut, los esquemas compra ahora y paga después van ganando terreno en varios países como Alemania (43%), Austria (también un 43%), Finlandia (40%) y Suecia (61%), una alternativa que debería seguir de cerca el sector retail español.

La tendencia de proporcionar más métodos de pago no sólo se experimenta en las compras online, pues los clientes también valoran en su experiencia de compra en tienda que existan métodos de pago alternativos: un 50% de los encuestados a nivel global lo encuentran muy importante (28% en el caso de los españoles) y un 34%, importante (47% en España).

En este sentido, y teniendo en cuenta el papel que juega el sector turismo en la economía del país, que los negocios dispongan de estos servicios se adivina esencial: la experiencia de compra ‘made in’ gana adeptos y comprar en un país que no es el propio es cada vez más atractivo para el consumidor. Destacan, como razones, la posibilidad de acogerse a la devolución de los impuestos, que el precio de algunos productos pueda ser más competitivo que en otros países y que existe una mayor oferta de métodos de pago.

Una experiencia de compra excepcional

Que el proceso de devolver el producto sea sencillo, que el método de pago preferido figure entre las opciones y que haya opciones en el carrito para poder o bien recibirlo en casa o bien recogerlo en algún punto o en tienda son las tres razones más importantes para los españoles a la hora de evaluar una experiencia de compra excepcional. Estas tres opciones aparecerían por delante de otras como que aparezca el precio en su moneda, que se visualice el stock del producto o los datos de pago se queden guardados para próximas compras.

Al ser preguntados por los procesos o características de compra que les genera una mayor confianza, los encuestados respondieron que lo que más les tranquilizaba era, en primer lugar, que el banco les pida una autentificación para proceder al pago; en segundo lugar, que el sitio web muestre de forma clara que se trata de una página segura y protegida; y, en tercero, que pueda pagar directamente en el sitio web del negocio sin que me remita a una página de terceros. Otras variables, como que en la URL de la página figure el certificado SSL (HTTPS), no juegan un papel tan relevante.

Los que más desconfianza les producen son, por este orden: la percepción de que las páginas no son fiables o seguras frente al fraude; la reticencia sentida cuando las páginas redirigen a otras de terceros en el momento de pago; la sospecha de que los datos pueden no estar encriptados; y que los establecimientos o negocios puedan ver o quedarse con sus datos. Sólo a algo más del 5% no hay nada que le genere reticencias.