Redes escolares seguras: Protegiendo a los niños de las amenazas online

  • Opinión
Florian Malecki SonicWall

Las instituciones educativas modernas necesitan contar con un acceso amplio a la información y los materiales que existen en Internet, pero, al mismo tiempo, estas instituciones sufren una importante presión por parte de los gobiernos, los padres y otros grupos de interés, para vigilar sus redes con el fin de prevenir posibles abusos a los niños y jóvenes que tienen a su cargo.

 Tradicionalmente, limitando el acceso a los equipos y a las redes sociales, era posible contener las amenazas a los niños en el mundo online a ciertos grupos más vulnerables y a menudo aislados. Sin embargo, el acceso a la tecnología, cada vez más asequible, y el gran incremento de la popularidad de los dispositivos móviles entre los jóvenes en los últimos años, ha provocado que la amenaza de abusos online haya aumentado considerablemente.

La adopción global de las redes sociales se ha sumado a esta situación, proporcionando canales adicionales y más oportunidades para contactar con niños, a veces dando lugar a casos de pederastia o de radicalización de ciertos colectivos – que en algunos casos ha conducido a algunos menores a viajar a Siria para unirse a grupos extremistas. Hasta ahora, el mayor obstáculo para combatir este tipo de actividades ha venido por la falta de orientación profesional a la hora de gestionar la protección infantil online, y asesorar a cuidadores, maestros y padres sobre cómo acercarse a las personas vulnerables y dar la respuesta apropiada cuando se descubre el abuso.

El encubrimiento de las redes sociales

A menudo, el mayor reto al que se enfrentan los centros educativos es que los jóvenes de los que están a cargo saben bastante más sobre las plataformas sociales como Facebook, Twitter, Snapchat, Instagram o Whatsapp que los propios educadores. Según el reciente informe de SonicWall, Mantener a los niños a salvo en los entornos educativos, orientación reglamentaria y cambios en la protección online, “1 de cada 4 niños ha sufrido algún tipo de problema en una red social y 1 de cada 3 ha sido víctima de cyber-bullying”. Muchos colegios no cuentan con la experiencia necesaria para monitorizar y asegurar dichos canales, por no hablar de que el coste que supone mantener una infraestructura tecnológica y de servicios puede conducir a dichos centros a implementar soluciones anticuadas e ineficaces para gestionar su ecosistema de TI. En cualquier caso, incluso con una plataforma de seguridad potente y filtros parentales actualizados habilitados en la red, es necesario mantener una especial vigilancia sobre la comunidad para identificar a aquellos niños más vulnerables e intervenir.

Esto revela otra cuestión importante, que identificar a las víctimas puede ser extremadamente difícil, y que los profesores que carecen de experiencia en detectar las señales de abuso tendrán dificultades para proporcionar el apoyo necesario a las víctimas. Como se menciona en el informe, el mal mantenimiento de los registros y la falta de una protección estructurada de las redes significa que los colegios son, a menudo, incapaces de supervisar a los niños individualmente, garantizar que sus voces sean escuchadas y que se tomen las medidas adecuadas. Para combatir el abuso online, al igual que con amenazas cibernéticas, es necesario aislar dichas amenazas y vulnerabilidades de forma individual para garantizar que se mantiene la seguridad y que los usuarios más vulnerables estén a salvo. Por lo tanto, los colegios y los institutos deben adoptar una estrategia en dos direcciones para maximizar la protección de los niños bajo su cuidado.

Combatir el abuso infantil online y en el aula

La lucha contra el abuso online y el cyber-bullying comienza con el uso de las herramientas adecuadas. Los colegios no pueden esperar tener un ecosistema online seguro para sus estudiantes sin una estrategia de gestión de amenazas unificada. Los cortafuegos de próxima generación con definiciones actualizadas y filtros para niños son una necesidad para actuar como primera línea de defensa en la monitorización de la red escolar, en busca de materiales no deseados. Las escuelas deben asegurarse de que su proveedor de seguridad utilice filtros específicos para la protección de los niños, incluida la lista de contenidos de imágenes de abuso infantil de la Internet Watch Foundation (IWF) y la lista policial de contenido ilegal sobre terrorismo. También deberían dar una cuidadosa consideración a cómo los filtros aplicados deben proteger, pero no denegar el acceso a información legítima y necesaria como parte del programa lectivo normal.

Debido a que muchas escuelas han implementado puntos de acceso inalámbricos, es también importante configurar protocolos de seguridad móviles adaptados para gestionar el acceso a la red y garantizar que todos y cada uno de los dispositivos se mantengan seguros mientras estén conectados. Como las instituciones educativas tienen a menudo presupuestos de informática limitados, los servicios de seguridad gestionados y la gestión simplificada de la seguridad también pueden proporcionar beneficios, garantizando los niveles más altos de protección sin la necesidad de técnicos de seguridad y expertos en el terreno.

Con las herramientas adecuadas instaladas, el foco debe ponerse en establecer un marco de protección eficaz y proporcionar a los profesores el conocimiento y la experiencia para reconocer los signos de abuso entre los niños a su cuidado, para poder tomar las medidas apropiadas. Como parte de la nueva orientación, además de implementar sistemas de seguridad y sistemas de monitorización de red, los colegios tendrán que establecer programas de liderazgo de seguridad online entre el personal docente. Se espera que esto anime a los niños a compartir regularmente sus puntos de vista, preocupaciones y pensamientos, para que puedan ser registrados y para que se tomen las medidas adecuadas por parte de los responsables de su bienestar. Para lograr esto, será necesario que los profesores se sometan a sesiones de inducción integrales que incluyan formación en la política de protección del colegio, procedimientos para identificar problemas y establecer los cauces adecuados para informar al jefe de seguridad designado. Por último, es importante promover actividades de formación a los niños sobre la utilización de la tecnología de manera segura y directrices para adoptar una mayor responsabilidad online dentro de la comunidad escolar.

Una mano amiga

El avance de la tecnología reduce progresivamente la eficacia de los colegios en lo que se refiere a la gestión de amenazas y los abusos online a niños y jóvenes vulnerables. Este nuevo foco que deben adoptar las instituciones educativas ayudará de alguna manera a remediar la situación, sin embargo, los colegios que no cuenten con líderes experimentados en el área de TI necesitarán ayuda para elegir e implementar las nuevas tecnologías de seguridad que cumplan con las directrices actualizadas. Por lo tanto, con el fin de administrar las crecientes redes de dispositivos, ya sean PCs o móviles, en un entorno seguro, será necesario solicitar la asistencia de terceros, tanto para implementar nuevas tecnologías de seguridad como para asesorar a profesores y mentores en prácticas de seguridad modernas y eficaces.

Los proveedores de seguridad informática son los mejores posicionados para ayudar en este sentido. Gracias a su amplio conocimiento de la protección de los datos y los usuarios sensibles, además de la experiencia adicional gestionando la transición a soluciones modernas de seguridad, pueden proporcionar a las instituciones educativas todo lo necesario para proteger eficazmente a sus alumnos contra las amenazas online. Con las herramientas y medidas de seguridad adecuadas, los colegios y los institutos pueden estar seguros de que sus estudiantes pueden explorar Internet sin problemas, y tener acceso a los beneficios de la creciente movilidad de los modernos ecosistemas de dispositivos móviles sin temor al abuso.

Florian Malecki, International Product Marketing Director, SonicWall

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