Las ciudades españolas son un referente internacional en las Smart Cities

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Según estimaciones de Statista la inversión mundial en proyectos de Smart Cities superará los 1,12 billones de dólares para 2025. Las acciones previstas en España incluyen la planificación para llevar la banda ancha a la mayor población posible, el despliegue de infraestructuras 5G seguras, la digitalización de las AAPP, y la promoción de la economía del dato y de la IA.

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En el encuentro Tomorrow City organizado por Gedeth Network y Kotra España, celebrado en el marco de Smart City Expo 2020, y en el que participaron exponiendo sus proyectos, la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), Red.es, Indra Minsait, LG CNS y DTonic, se habló de cómo los proyectos de ciudades inteligentes avnzan en todo el mundo, y en España en particular. No en vano, según estimaciones de Statista la inversión mundial en proyectos de Smart Cities superará los 1,12 billones de dólares para 2025.

En España, los planes más ambiciosos para el desarrollo de una estrategia de transformación para las ciudades se inician con la Agenda Digital de 2013 y el Plan Nacional de Ciudades Inteligentes de 2015, en los que se incluye la planificación para llevar la banda ancha al mayor ratio de población posible, el despliegue de infraestructuras 5G seguras, la digitalización de las Administraciones Públicas y la promoción de la economía del dato y de la Inteligencia Artificial, entre otros.

En su intervención, Javier Ridruejo Pérez, secretario general de la Red Española de Ciudades Inteligentes (Spanish Network of Smart Cities), señaló que los retos ahora pasan por trabajar en una serie de desafíos técnicos y legales, entre los que se encuentran la conversión de todos los datos a geospacial, la interoperabilidad entre administraciones con diferentes aplicaciones y con aplicaciones heredadas, la simplificación técnica y el despliegue de nuevas infraestructuras, entre las que se encuentran las redes 5G, smart grids, cargadores para vehículos eléctricos, redes IoT y la promoción de vehículos autónomos.

Desde el punto de vista legal, el reto lo supone la simplificación legal a la hora de adquirir y estandarizar las infraestructuras, la protección de datos y, sobre todo, las cuestiones éticas alrededor de la Inteligencia Artificial.

Durante el encuentro se habló asimismo del ejemplo de Corea del Sur, cuyo gobierno considera la industria de las Smart Cities como esencial para el país y tiene el apoyo y la supervisión directa del presidente. Para ello, el objetivo planteado ha sido desde el principio resolver los problemas urbanos a través de servicios basados en datos, crear ciudades en las que se tenga en cuenta a todos los ciudadanos y reforzar la cooperación global mediante el desarrollo de un ecosistema innovador en el que la colaboración de la Administración Pública con las empresas es clave. En la actualidad, el gobierno cuenta con cuatro tipos de proyectos, a escala nacional.

“En tecnología hay ciudades como Seúl, Tokio, Nueva York y Londres muy avanzadas por el tamaño de los recursos que tienen, pero en general las ciudades españolas son un referente internacional en las Smart Cities, tanto en plataformas como en ciertos verticales, como el turismo, la analítica de datos, o el IoT, y la gestión de recursos públicos, como el agua, o los residuos”, destaca Ridruejo.

Para poder desarrollar un proyecto satisfactorio de ciudad inteligente que, sobre todo, mejore la calidad de vida de los ciudadanos, es necesario contar con una infraestructura de datos que almacene y gestione toda la información que se genera en la ciudad de manera estandarizada, que sea capaz de analizarlos y que ayude a la toma de las decisiones idóneas. “Por ello, se hace esencial que exista un ecosistema de colaboración entre empresas locales, grandes corporaciones y todas las Administraciones Públicas implicadas tal y como ocurre en otros países”, afirmó Juan Millán, socio director de Gedeth Network.

El encuentro finalizó con una serie de recomendaciones básicas para el despliegue de una ciudad inteligente, entre ellas, mantener una visión clara a largo plazo teniendo en cuenta los recursos existentes, tanto propios como de terceros; la implantación progresiva a través de proyectos con impacto en el corto plazo pero sin perder de vista los objetivos a largo plazo; colaboración estrecha con los ciudadanos y otros prescriptores para conocer sus necesidades reales y conseguir que formen parte del proyecto; desarrollar modelos de entrega de servicios que promuevan la innovación y la colaboración público-privada; involucrar de forma activa a los funcionarios para compartir la visión entre todos; y compartir experiencias, conocimientos y recursos con otras ciudades y territorios.