El 60% de los españoles usa IA, pero solo el 22% confía en las decisiones que toma

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Uno de los ámbitos donde más se espera de la IA es en la sanidad, por su capacidad para mejorar diagnósticos y acelerar investigaciones médicas. Más del 76% de los españoles se preocupa por la ética y la privacidad en la IA, y casi dos tercios consideran insuficiente la infraestructura actual para su futuro crecimiento.

La inteligencia artificial (IA) ya forma parte de la rutina digital de millones de españoles, pero su adopción en sectores sensibles como la sanidad, la movilidad o incluso, la gestión de situaciones críticas sigue siendo objeto de dudas. Así lo refleja una encuesta llevada a cabo por Netquest encargada por DE-CIX, que indica que el 60% de los españoles ha utilizado alguna herramienta o servicio basado en IA, ya sea a través de asistentes virtuales, recomendaciones en plataformas digitales o sistemas de navegación inteligentes.

El 78% considera que la IA ha hecho su vida más fácil, principalmente porque permite ahorrar tiempo, encontrar información más rápido y hacer tareas cotidianas de forma más eficiente. Sin embargo, solo el 22% confía en las decisiones que toma la IA por sí sola en situaciones críticas. La gran mayoría cree que esta tecnología carece de empatía, intuición y capacidad de adaptación, y que debe estar siempre supervisada por humanos, especialmente cuando hay vidas o derechos humanos en juego.

Uno de los ámbitos donde más se espera de la IA es en la sanidad. La población española destaca su capacidad para mejorar diagnósticos (34%), acelerar investigaciones médicas (41%) y monitorizar la salud en tiempo real (42%). No obstante, el 56% no se siente cómodo con su uso directo en diagnósticos o tratamientos, lo que indica una clara desconfianza cuando la tecnología sustituye al criterio humano.

En el caso de los vehículos autónomos, la situación es similar: apenas el 23% tiene una opinión positiva, mientras que casi la mitad (49%) duda de su seguridad. Entre los principales temores figuran los fallos técnicos (58%), los ciberataques (40%) y la incertidumbre sobre la responsabilidad en caso de accidente (36%).

 

Ética, privacidad y un reto de infraestructura

La IA también plantea importantes retos sociales. El 77% de los encuestados expresa preocupación por sus implicaciones éticas, especialmente en relación con la privacidad, la transparencia y la posibilidad de sesgos o discriminación. Además, dos de cada tres creen que la infraestructura actual de Internet en España no es suficiente para soportar el crecimiento de la IA, sobre todo en contextos de alta demanda.

Esta percepción subraya la necesidad de contar con una infraestructura digital sólida y segura, con la menor latencia posible, que permita el despliegue ético y confiable de la inteligencia artificial en todos los sectores.

Los resultados muestran un equilibrio entre el cada vez mayor uso de herramientas basadas en IA y la exigencia social de que su desarrollo y aplicación sean responsables. La desconfianza que persiste en ámbitos como la salud o el transporte pone de manifiesto que, para la sociedad española, la tecnología debe complementar y nunca sustituir el juicio humano en decisiones esenciales.

El desarrollo de la IA conlleva desafíos técnicos, éticos y normativos, entre ellos la creación de marcos seguros y transparentes, el establecimiento de una infraestructura digital resiliente y la promoción de un diálogo estructurado entre los actores relevantes. La gestión proactiva de estos factores fortalece la capacidad tecnológica, impulsa la innovación y permite dar respuesta a las demandas sociales y medioambientales, al tiempo que preserva los derechos y la confianza.