Los clientes, el eslabón más débil en la cadena de seguridad

  • Seguridad

Según diversos estudios, los clientes sueles ser la pieza más débil en la cadena de seguridad. ¿Los motivos? No están debidamente advertidos en lo que se refiere a las campañas de fraude electrónico y proporcionan sus datos a usuarios desautorizados.

Se estima que actualmente hay cerca de 1.500 millones de documentos personales disponibles online para los hackers y, dado lo sofisticadas que se están volviendo las barreras creadas por las empresas, los defraudadores se están volviendo cada vez más creativos. Así lo constatan diferentes informes que aseguran que los clientes suelen ser la pieza más débil en la cadena de seguridad, principalmente porque no están debidamente advertidos en lo que se refiere a las campañas de fraude electrónico y proporcionan, erróneamente, sus datos a usuarios desautorizados, se descargan programas maliciosos o utilizan la misma contraseña para todas sus cuentas.

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Ante esta realidad, mantener la información personal a salvo es una de las principales preocupaciones de los consumidores europeos según un estudio de Symantec que refleja esta problemática. El 57% de los encuestados dijeron sentirse preocupados porque su información personal no está a salvo, aun cuando el 49% de los consumidores admite exhibir al menos un comportamiento peligroso que puede ponerles en un alto riesgo de fraude financiero.

Continuando con los datos de informes, según el último presentado por Affinion, las personas que adquieren productos que les ayudan a aliviar sus preocupaciones sobre ciberseguridad tienden a comprometerse más y ser más leales.

En palabras de Eduardo Esparza, Country Manager de Affinion en España, “no es sorprendente que las empresas que ofrecen soluciones de seguridad tiendan a tener un mayor índice de customer engagement. Muchos consumidores están preocupados por la amenaza de la ciberdelincuencia y el fraude, pero muchos tampoco tienen el tiempo ni el conocimiento necesario para convertirse en expertos en ciberseguridad. Como resultado, buscan fuentes en las que puedan confiar para sentirse reconfortados, educados y guiados en las peligrosas aguas por las que se navega en la red”.

El estudio también señala que la cuota a pagar a causa de la desprotección puede ser tanto emocional, ya que la información personal y los recuerdos irremplazables están bajo amenaza, como profesional, ya que la reputación se puede ver seriamente afectada si los contactos son robados y utilizados para extender un virus informático o para cometer un delito.

Aunque la seguridad corporativa es una batalla constante en las compañías de todos los tamaños, también se debe prestar atención a la solidez de la puerta de entrada, es decir, al consumidor. En este sentido, Esparza señala que “las empresas tienen una oportunidad única de conectar con sus clientes a través de la ciberseguridad, y aquellos que lo hacen, están destinados a cosechar buenos resultados”. “El reto está encontrar un equilibrio para los clientes entre el uso de las herramientas digitales para hacer sus vidas más fáciles, a la vez que intentan evitar exponerse a los ciberataques”. 

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