El sector de telecomunicaciones es el que más recurre al outsourcing de TI

En un entorno empresarial tan cambiante y en constante evolución debido a la irrupción de las nuevas tecnologías, no resulta extraño que las compañías hagan uso de la externalización de servicios, también conocido como outsourcing, para adecuarse a las nuevas necesidades y a la transformación de procesos que implica la digitalización. Según datos de Statista, en 2019 el gasto acumulado en outsourcing en toda en Europa ascendió a aproximadamente 27.300 millones de dólares.

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Los perfiles asociados a esta práctica tienden a ser particularmente específicos, lo que unido al acelerado ritmo del negocio, hace que para la empresa resulte más efectivo externalizar el servicio con un tercero en determinadas ocasiones. De este modo, evita invertir tiempo en la búsqueda de un profesional y se asegura de la contratación del talento necesario para llevar a cabo los proyectos de forma rápida y eficiente. Según datos del GSA (Global Sourcing Association) las habilidades más demandadas durante 2020 serán las relacionadas con transformación digital, se necesitarán expertos en este campo, en automatización, en diseño, en infraestructuras, en la experiencia del cliente y en ámbito financiero.

En cuanto a los sectores que más apuestan por esta modalidad, según Entelgy, son cuatro los sectores que más se están beneficiando de esta práctica, empezando por telecomunicaciones. El sector de las telecomunicaciones es el que más recurre a la externalización de servicios, de hecho, un 50% de estas empresas apuesta por empleados externos con el objetivo de responder con agilidad ante el crecimiento del negocio y la necesidad de evolucionar constantemente. Esta industria es la encargada de sustentar las comunicaciones, las redes como el 5G, las nuevas tecnologías como SD WAN y todos los aparatos conectados (IoT), de ahí la necesidad de contar con una infraestructura de alta capacidad y confiabilidad.

Otro sector que recurre al outsourcing es el de las administraciones públicas, donde es habitual encontrar ciertos puestos ocupados por un trabajador contratado por un proveedor externo. Los procesos de contratación en el ámbito público son burocráticos y muchas de estas posiciones están sujetas a concurso público, por lo que la externalización responde a la necesidad de captar talento rápidamente y por un periodo corto de tiempo. En otras ocasiones, se precisa un perfil muy concreto o técnico, y el outsourcing proporciona una selección más adecuada.

La banca también es un cliente habitual. Se trata de un sector en el que la irrupción de la banca digital y las Fintech, sumando a la elevada demanda de seguridad, supone importantes retos. La Autoridad Bancaria Europea (EBA) estableció unas directrices para la gestión de las prácticas de outsourcing que entraron en vigor el pasado año para evitar que un posible fallo de un proveedor de servicios pudiese afectar a la actividad económica del mercado único europeo. Por este motivo resulta imprescindible contar con un tercero que tenga experiencia además de en la propia externalización, en seguridad. Esto unido a los requerimientos normativos ligados a medios de pago, como PSD2, justifican la necesidad de externalizar en partners especializados.

Finalmente, otro sector proclive a la externalización es el industrial, donde la irrupción de tecnologías, como la robótica o IoT, está poco a poco transformando el sector. Ya en 2019 un 20% de las fábricas invirtieron en servicios de outsourcing y es que los trabajadores se han encontrado con nuevas herramientas y procesos que, en ocasiones, se escapaban de sus conocimientos. Ante esto, la externalización de servicios con perfiles más técnicos se presenta como una solución ante estos nuevos retos.