La inversión tecnológica relacionada con la nube se disparará en los próximos años

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Para sostener el auge del teletrabajo y las nuevas demandas organizacionales, las infraestructuras empresariales deben contar con un sistema escalable y flexible que responda a diferentes escenarios y se adapte a la carga esperada, una seguridad óptima tanto en las comunicaciones como en los dispositivos, y sistemas de recuperación idóneos.

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La pandemia del coronavirus ha supuesto un punto de inflexión en la sociedad, un cambio sin precedentes en rutinas sociales, familiares y laborales. El teletrabajo fue la fórmula más utilizada para continuar con los niveles de actividad laboral durante el primer confinamiento, y muchas compañías han optado por mantener esta fórmula de trabajo para sus empleados. De hecho, los empleados que actualmente desarrollan su actividad en remoto son el doble respecto a 2019.

Dado que las empresas prevén mantener el teletrabajo a largo plazo, los modelos híbridos y flexibles que combinan asistencia a la oficina y trabajo en remoto serán la principal tendencia en la era post-Covid19 y, como consecuencia, la inversión tecnológica relacionada con la nube se disparará en los próximos años, señalan desde Verne TECH. Según datos de IDC, el 90% de las grandes empresas adoptará herramientas multicloud o híbridas en 2024.

Para sostener el auge del teletrabajo y las nuevas demandas organizacionales, las infraestructuras empresariales deben contar con tres pilares fundamentales. Un sistema escalable y flexible que responda a diferentes escenarios y se adapte a la carga esperada; una seguridad óptima tanto en las comunicaciones como en los dispositivos; y disponer de sistemas de recuperación idóneos ante cualquier infortunio en caso de que fallen los dos pilares anteriores. Las compañías deben definir una arquitectura capaz de dar respuesta a los entornos cambiantes, así como evolucionar con el negocio.