“Los teléfonos de emergencia en sedes públicas son la pieza que falta en seguridad”, Miguel Anillo, Snom Iberia

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Miguel Anillo, channel manager de Snom Iberia

La Administración Pública necesita canales de emergencia visibles, simples y siempre operativos. Un teléfono dedicado reduce fricciones cuando cada segundo cuenta. Modelos, como los de Snom, que aportan visibilidad, marcación inmediata y claridad en el audio, marcan una nueva etapa en los planes de reacción ante posibles urgencias en dependencias públicas. Miguel Anillo, channel manager de Snom Iberia, nos explica qué aportan estos teléfonos a una completa estrategia de seguridad.

En los edificios de la Administración Pública, ya se trate de ayuntamientos, consejerías, juzgados, bibliotecas, centros deportivos o sedes de atención ciudadana, la rapidez y claridad en la comunicación durante una emergencia puede marcar la diferencia entre un incidente controlado y una situación crítica.

Los planes de autoprotección, las auditorías de riesgos y las obligaciones de accesibilidad y continuidad de servicio ponen de relieve un requisito transversal: disponer de puntos de llamada visibles, fiables y extremadamente sencillos de usar, incluso por personas que desconocen el edificio o están en situaciones bajo estrés. En ese contexto encaja la nueva generación de teléfonos de emergencia, como el Snom E303, que, tal y como nos explica Miguel Anillo, “vuelve a poner el énfasis en la inmediatez, donde un gesto y una llamada rápida pueden marcar la diferencia en el desenlace ante un incidente”.

Una necesidad inmediata, una pieza más de una seguridad global

La Administración gestiona espacios con gran afluencia de público y equipos de trabajo diversos. En un mismo inmueble coinciden ciudadanos que acuden a realizar trámites, personal de seguridad, técnicos, proveedores y colectivos vulnerables. En palabras de Miguel Anillo, “los riesgos varían en función del tipo de instalación, donde podemos ser testigos desde incidentes médicos a conatos de incendio, amenazas a la seguridad, evacuaciones o fallos eléctricos… la lista es larga, pero todos comparten un patrón: reducir obstáculos para un rápida reacción y actuación”.

Ahí es donde un teléfono de emergencia dedicado aporta ventajas frente a depender únicamente del móvil o de terminales multifunción. Primero, según indica Anillo, “por visibilidad y localización. Un dispositivo como el Snom E303 utiliza un rojo de señalización que se identifica a distancia, es fácilmente localizable en entornos poco iluminados o por personas que no conocen el lugar, convirtiéndose en un punto de referencia inequívoco para pedir ayuda. En edificios complejos o históricos, donde la señal de teléfono móvil puede degradarse, contar con un terminal fijo y claramente señalizado añade una capa de resiliencia operativa”.

Segundo, por simplicidad. Como indica nuestro interlocutor, “en la versión IP del E303, basta con descolgar el auricular para que el sistema marque automáticamente un número preconfigurado —recepción, central de emergencias del organismo o un puesto de control vigilado por personal especializado—. Sin menús, sin desbloqueos, sin recordar extensiones. La versión analógica (E303A) ofrece la misma lógica con marcación rápida desde la centralita. Este diseño minimiza los errores en situaciones de estrés y facilita el uso por parte de cualquier persona, incluidos visitantes ocasionales”.

 

Ventajas adicionales

Otra de las ventajas guarda relación con la calidad de la comunicación. En una situación de urgencia, apunta Miguel Anillo, “la voz debe ser nítida, aunque haya ruido de fondo. La tecnología HD-Audio del E303 mejora la inteligibilidad, lo que contribuye a que los equipos de respuesta capturen detalles clave a la primera, como ubicación exacta, naturaleza del incidente o estado de la persona. A ello se suma su carcasa robusta, característica clave dependiendo del tipo de instalaciones”.

 

La integración también importa

Muchas administraciones ya operan con telefonía IP en sus sedes y organismos, y un terminal especializado que mantenga compatibilidad con las principales plataformas simplifica el despliegue y la gestión. En palabras de Miguel Anillo, “para entornos mixtos o patrimonio con cableado heredado, la opción analógica asegura continuidad sin inversiones disruptivas. En ambos casos, la lógica es la misma, pues se trata de incorporar un “atajo seguro” dentro del plan de comunicaciones de emergencia, alineado con procedimientos de seguridad y con el personal que debe atender la llamada”.

Un aspecto fundamental, al que no siempre se presta la adecuada atención es que pasillos, vestíbulos, sótanos, archivos, aparcamientos o accesos exteriores pueden convertirse en zonas o ángulos de sombra desde el punto de vista operativo. Distribuir teléfonos de emergencia en puntos estratégicos tales como próximos a extintores, desfibriladores, ascensores o salidas de evacuación, refuerza la respuesta y facilita que cualquier ciudadano o empleado active el protocolo con rapidez en caso necesario. En este sentido, resume Miguel Anillo, “la propuesta de Snom con el E303 combina tres atributos difíciles de alinear a la vez: visibilidad, sencillez y fiabilidad”.

Y es que no se trata solo de instalar un teléfono rojo en la pared, sino, apunta Anillo, “de asegurar un canal directo e inmediato. Incorporar terminales de emergencia visibles, robustos y listos para utilizar es una decisión de bajo esfuerzo y alto impacto que eleva el nivel de protección de personas y activos. Porque en emergencias, la mejor tecnología es la que, con un solo gesto, ya está en funcionamiento”.