El 94% de los consumidores españoles exige frenar la obsolescencia programada
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El fin del soporte de Windows 10 reabre el debate sobre la vida útil de los dispositivos tecnológicos. El 65% asegura haber dejado de usar un dispositivo por falta de actualizaciones, y un 21% deja de comprar productos de marcas que percibe como poco transparentes.
Los consumidores españoles se muestran firmemente en contra de la obsolescencia programada. Según una encuesta realizada por Back Market, el 93,9% de los encuestados está a favor de incentivar a los fabricantes a diseñar productos más duraderos y obligarles a informar de forma clara sobre la vida útil y las actualizaciones de sus dispositivos. Además, el 93,7% reclama reforzar la legislación para combatir esta práctica.
El estudio refleja una preocupación generalizada por la sostenibilidad tecnológica y la responsabilidad de la industria. El 45,6% de los consumidores considera que los fabricantes son los principales responsables de la obsolescencia programada, el 51,6% busca alternativas en dispositivos reacondicionados y un 21% deja de comprar productos de marcas que percibe como poco transparentes.
“La obsolescencia programada provoca que miles de dispositivos, que pese a contar con un hardware en buen estado, dejen de funcionar y acaben convertidos en residuos electrónicos”, explica Marta Castillo, directora de marketing y brand de Back Market en España. “Los consumidores no solo son conscientes del problema, sino que están modificando sus hábitos de compra en consecuencia. Para la mayoría, reparar o reutilizar es una opción preferible frente a reemplazar, y la durabilidad de los dispositivos se ha convertido en un criterio determinante a la hora de elegir una marca o producto.”
El 65% de los participantes asegura haber dejado de usar un dispositivo por falta de actualizaciones, mientras que el 40% admite haber desechado un aparato en perfecto estado únicamente porque había dejado de recibir soporte de software. Además, el 59% se ha visto obligado a comprar nuevos accesorios cuando los anteriores dejaron de ser compatibles con sistemas actualizados.
El fin del soporte de Windows 10 reabre el debate
El debate sobre la obsolescencia programada adquiere especial relevancia tras el fin del soporte oficial de Windows 10, el pasado 14 de octubre. Esta decisión deja hasta 400 millones de ordenadores sin actualizaciones de seguridad, pese a encontrarse en buen estado.
Según estimaciones del sector, entre el 40% y el 55% de los equipos actuales no cumplen los requisitos técnicos para actualizarse a Windows 11, lo que podría acelerar su sustitución y generar una nueva ola de residuos electrónicos. Se calcula que en todo el mundo existen más de 1.400 millones de ordenadores con Windows, y una parte significativa quedará fuera de las actualizaciones oficiales en los próximos meses.