Integración, cloud y otros pecados de la digitalización en las pymes

  • Opinión
Isabel Pomar, Datisa (imagen)

Aunque muy lentamente, lo cierto es que se está produciendo ese cambio de mentalidad del que tanto hablamos cuando nos referimos a la transformación digital en las pymes.

Un cambio de mentalidad que se ha iniciado “perdiendo el miedo” a la tecnología. Hoy, las pymes ven la tecnología como algo natural dentro del contexto general de la compañía, entendiendo que su aplicación en los procesos de gestión no solo los profesionaliza, sino que las hace más eficientes y competitivas en un entorno cada vez más globalizado y digital.

Además, el hecho de tener acceso a soluciones de última generación gracias a la nube o, mejor dicho, a modelos de comercialización diversos como el SaaS o el pago por uso, ha abierto las puertas de la tecnología prácticamente a todo tipo de empresas con independencia de su tamaño.

Si hablamos de tendencias, creo que el software de gestión para pymes seguirá la senda de lo que hemos visto en los últimos meses. Por mucho que estemos tentados a utilizar términos como Business Inteligence, Big Data, IoT, Analítica de Datos, etc. lo cierto es que, bajo mi punto de vista, se impondrá la lógica de la especialización, al menos, insisto, en el ecosistema de las pymes.

Cuando digo especialización me refiero a que el ERP seguirá su línea evolutiva mejorando su funcionalidad, su usabilidad y su seguridad y, a partir de ahí, su desarrollo pasará por garantizar la integración fluida y eficiente con otro tipo de plataformas, ya sea de Business Inteligence, de Analítica predictiva, de Comercio Electrónico o del tipo CRM. Y, muy importante, los aplicativos se acompañarán de un amplio porfolio de servicios que aportan un mayor valor añadido a la herramienta en cuestión.

Líneas clave

Por lo tanto, bajo mi punto de vista, veo claramente tres líneas de desarrollo imprescindibles, más allá de la funcionalidad: por un lado, la integración entre las distintas aplicaciones corporativas y dispositivos; la seguridad, es decir, que el ERP garantice la protección y salvaguarda de los datos con los que trabaja; y, finalmente, la interacción entre departamentos, o sea, el intercambio fluido de información que proporcione una visión 360º de la organización y facilite la toma de decisiones.

También creo que habrá que tener en cuenta el tema de la movilidad. Acceder a la información que necesitamos en cualquier momento y lugar ya es posible. El reto es hacérsela llegar al usuario de forma usable y funcional. Esta es una línea sobre la que se está trabajando activamente.

Y, en cualquier caso, creo que una de las claves del éxito, si no la más importante, es que para destacar en un entorno tan competitivo y cambiante hay que ser innovador: innovador en el uso de la tecnología, en el desarrollo de nuevos modelos de negocio, en la implementación de procesos más eficientes, en la puesta en marcha de nuevas estrategias y fórmulas de gestión… Hoy, las empresas -las nativas digitales y las que vienen del mundo analógico- han asumido la necesidad de innovar. Pero ser innovador no solo en el entorno de la tecnología sino aplicar una innovación que trascienda más allá del entorno TI y que sea capaz de permear en los procesos, en la gestión y en el talento.