Las empresas españolas no invierten en formar a sus empleados en seguridad

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Así lo indica un estudio desarrollado por Kingston, que también refleja que la adquisición de nuevos productos de almacenamiento seguro es una de las últimas prioridades de la empresa española. Y eso que el 73% de las empresas españolas ha sufrido al menos una brecha de seguridad en el último año.

Vivimos en la era de la información, en la que los datos se configuran como la principal fuente de negocio para muchas compañías, lo que ha impulsado la necesidad de desarrollar nuevas medidas de seguridad. Sin embargo, el estudio “Estado actual de la protección de datos corporativos en España” de Kingston pone de manifiesto que la seguridad de los datos sigue sin ser una de las principales prioridades, puesto que casi un tercio de las empresas españolas apenas destina un 20% del presupuesto del departamento a proteger la información que almacenan, frente a un 8% que destina, al menos, la mitad del presupuesto de su departamento.

El informe, que analiza los principales riesgos y desafíos a los que se enfrentan las empresas, destaca el hecho de que el 73% de las compañías españolas ha sufrido, al menos, una brecha de seguridad en el último año. De estas, 1 de cada 5 admite haber experimentado entre 3 y 5 brechas de filtración de información en los últimos 12 meses.

A pesar de la obligación de cumplir con el RGPD, todavía muchas compañías tienen problemas para garantizar la seguridad de la información que almacenan. En este sentido, la mayoría de los CIOs españoles cree que contar con nuevos productos de almacenamiento seguro (65%) y la formación de los empleados (57%), son las últimas prioridades en la inversión en materia de protección de la información.

Desde Kingston ponen el foco en el hecho de que el artículo 32 del RGPD obliga a cifrar los datos. El estudio de la compañía señala que, si bien la mayoría de las empresas (84%) utilizan el cifrado por software como medida de salvaguardia, el sistema de protección a través de hardware no tiene mucho calado. Por tanto, las empresas se arriesgan a sufrir una brecha de seguridad de la información en caso de robo o pérdida de un dispositivo portable fuera del entorno laboral.

“La tendencia a utilizar dispositivos personales en entornos corporativos está muy extendida, pero las empresas pasan por alto los bajos o inexistentes niveles de seguridad de este tipo de productos como USBs, por lo que no son verdaderamente conscientes del riesgo que supone para la seguridad de la información”, señala Pedro González, desarrollador de negocio de Kingston en España. Ante este escenario, desde la compañía apuntan que el cifrado de datos por hardware en los USB es una herramienta muy poderosa, ya que sirve para afianzar la seguridad de la información y el cumplimiento del reglamento.

Por otra parte, desde la compañía también destacan la necesidad de implicar a todos los empleados en la estrategia de seguridad de la empresa. “Un trabajador formado en conceptos básicos de protección de la información es un nivel más de contención frente a potenciales amenazas como la pérdida o robo de datos. Conocer el funcionamiento y puntos débiles de las herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alrededor nos dota del conocimiento y las habilidades necesarias para sacar el máximo partido a cada producto y evitar riesgos de filtración de datos”, concluye González.