Renting versus Leasing: principales diferencias
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En la actualidad el canal puede adentrarse en nuevas vías que les permitan sacar rentabilidad y adentrarse en operaciones de envergadura, entre las que se encuentran el renting tecnológico y el leasing. Pero, ¿cuáles son las principales diferencias?
La crisis económica ha tenido consecuencias enormes tanto para las empresas como para los resellers que se han encontrado con problemas como la falta de liquidez en el mercado, el corte de las líneas de crédito por parte de los bancos o el aumento de los impagados. Ante esta realidad han aparecido nuevas fórmulas de financiación.
En numerosas ocasiones el renting tecnológico se suele confundir con otra modalidad de financiación: el leasing tecnológico. A grandes rasgos, el leasing es un contrato de arrendamiento financiero de bienes de equipo mediante un contrato en el que se prevé la opción de compra por parte del arrendatario. Diversos expertos destacan que este tipo de contrato permite una financiación al 100% pagando unos intereses elevados por la cantidad financiada y exigen un préstamo asociado. Los bienes, además, no se transferirán hasta que se ejercite la opción de compra. Desde IT Renting se recuerda que las ventajas fiscales (no existe un ahorro fiscal neto y siempre va sujeto al IVA a un 18%) o el hecho de que una vez finalizado el arrendamiento se pueda comprar (con lo que se adquirirían equipos obsoletos) son dos de las principales diferencias entre el leasing y el renting.
Además, y desde el BBVA, se apunta a que “si las cuotas más la cuota final por ejercer la opción de compra son lo suficientemente cuantiosas, en la práctica supone que la empresa ha adquirido los equipos informáticos, o al menos una parte muy sustancial de sus riesgos y beneficios. Con el renting tecnológico la empresa se despreocupa de muchos riesgos, y de forma muy importante de aquellos ligados a no saber si los equipos informáticos requerirán un mantenimiento más o menos costoso”.
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