10 millones de españoles carecen de una conexión mínima para teletrabajar

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Andalucía, Cataluña y Galicia son las comunidades con mayor número de usuarios afectados. Afortunadamente, la conexión satélite continúa expandiéndose como solución de conectividad para todas aquellas regiones donde no llegan los operadores tradicionales o lo hacen de forma deficitaria.

El mes de marzo avanza con la crisis del coronavirus como uno de los principales temas de preocupación entre los españoles. La expansión del virus y el aumento de la cifra de casos detectados provocó que el pasado lunes el Gobierno central anunciara toda una batería de medidas para tratar de contener la expansión del virus, entre ellas, el fomento del teletrabajo como herramienta para evitar la propagación del COVID-19 en entornos laborales.

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La medida ha sido recibida con preocupación en numerosos sectores ante las complicaciones que conlleva trasladar esta forma de trabajo a la realidad de numerosas empresas. La gestión de horarios y la organización interna de los equipos son algunos de los puntos comentados, pero la ausencia o mejorable calidad de los medios técnicos es otro factor determinante. De una forma u otra, gran parte del segmento empresarial depende de Internet y el acceso a una red de calidad, estable y potente, es vital para asegurar que el rendimiento no se vea afectado.

Es aquí donde surge un problema. Y es que, según datos de Viasat, en España son más de 10 millones las personas que carecen de una conexión de 30Mbps, una velocidad que la UE ya considera prácticamente básica, hasta el punto de destacarse como uno de sus objetivos para la agenda digital de este año. La distribución de estos españoles es diversa, pero los datos apuntan a Andalucía, Cataluña y Galicia como las comunidades más afectadas. Sorprendentemente, Madrid se cuela también en la cabecera de las estadísticas con más de 500.000 usuarios afectados por esta realidad, lo que hace que no estén preparados para afrontar el reto del teletrabajo.

Por suerte, la madurez del tejido empresarial y la existencia de herramientas de conexión alternativas permiten lanzar un mensaje de optimismo. La conexión satélite, por ejemplo, continúa expandiéndose como solución de conectividad para todas aquellas regiones donde no llegan los operadores tradicionales o lo hacen de forma deficitaria: desde la España Vaciada hasta la periferia de grandes capitales como Madrid, hoy especialmente necesitadas de conexiones estables de alta velocidad.

España se encuentra ante un momento desafiante y la conectividad promete ser clave para facilitar el día a día de los trabajadores y los usuarios en general. En los últimos años se ha constatado que el acceso a una conexión estable y de calidad es un factor prioritario para garantizar la calidad de vida de los usuarios, tanto a nivel profesional como personal. El teletrabajo aporta grandes ventajas y es hoy especialmente necesario, pero para hacerlo posible los usuarios deben tener en sus manos, independientemente de dónde vivan y trabajen, una conexión a la altura.