Estrategias para adaptarse a los imparables cambios del sector retail

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Los clientes, que ahora establecen el ritmo de los cambios, exigen procesos de compra más ágiles y experiencias de calidad. Ofrecer experiencias en tienda que proporcionen un valor añadido, aprovechar las innovaciones tecnológicas y apostar por la omnicanalidad, son estrategias que ayudan a sobrevivir al apocalipsis del retail.

La irrupción de nuevos canales de compra y la evolución de los hábitos de consumo, impulsados por el desarrollo tecnológico, marcan el fin de un modelo comercial basado en las ventas en grandes superficies, que durante décadas experimentaron una eclosión. Las empresas del sector, conscientes del pinchazo de esta burbuja, buscan alternativas para garantizar su supervivencia. Estas pasan por la adopción de tecnologías que permitan satisfacer las expectativas del nuevo consumidor digital.

El consumidor de retail actual, más impaciente que nunca, quiere acceder a los productos o servicios cuando los necesita y poder comparar entre las diferentes alternativas de la forma más sencilla y rápida posible. Para adaptarse a los imparables cambios del sector, Prodware recomienda estas tres estrategias:

Transformar el modelo de negocio

Para satisfacer al cliente y seguir siendo competitivos en un entorno cada vez más complejo, los retailers deben transformar el punto de venta físico. Para ello, es necesario combinar el punto de venta digital con la personalización propia del canal offline. De su capacidad para adaptarse al presente y saber mirar hacia el futuro dependerá su éxito y su supervivencia.

Mejorar la experiencia de cliente

Ofrecer experiencias en tienda que proporcionen un valor añadido, como catas de productos o talleres, y aprovechar las innovaciones tecnológicas, con la adopción de probadores inteligentes, beacons, TPV móvil, etc. resulta indispensables para volver a atraer a los consumidores a los establecimientos. La unión de ambos factores ayudará a reducir las colas en cajas, a ofrecer nuevas formas de pago y de envío de productos y a proporcionar acceso a una información de valor. En definitiva, a facilitar a los clientes mejores experiencias de compra.

Integrar los canales de venta

Para no perder tiempo, el consumidor utiliza el canal que más le conviene en cada momento porque es el que mejor satisface sus necesidades con el coste de tiempo más razonable. La omnicanalidad es pues un factor esencial a la hora de diseñar la experiencia de compra y los recorridos de cliente. Pero ofrecer una experiencia homogénea entre todos los canales no solo mejora la satisfacción del cliente, sino que ayuda a simplificar y optimizar la gestión interna. Por ejemplo, integrar las existencias permite evitar roturas de stock y facilita la trazabilidad de los productos.