Europa pretende duplicar la cuota de producción mundial de chips del 10% al 20%

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Desde que comenzó la escasez de semiconductores, la industria europea se ha visto afectada, especialmente el sector de la automoción. Según datos de IDC, en 2021 hubo un crecimiento de la demanda del 24,4% en EMEA. La reciente Ley de Chips tiene como objetivo invertir 42.000 millones de euros en reforzar la producción de semiconductores en Europa.

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El número de semiconductores por dispositivo aumenta cada año como consecuencia del proceso de trasformación digital en el entorno industrial. Desde que comenzó la escasez generalizada de semiconductores, la industria europea se ha visto afectada, especialmente el sector de la automoción, y si tenemos en cuenta que en la última década la fabricación de semiconductores en Europa se redujo derivándose hacia los países asiáticos, el desajuste entre la oferta y demanda de semiconductores en la región se ha intensificado.

En su afán por paliar esta situación, La UE desarrolló la Ley de Chips, que tiene como objetivo invertir 42.000 millones de euros de fondos públicos y privados hasta 2030 para mejorar el papel de Europa en la economía digital reforzando la producción de semiconductores. La Comisión pretende duplicar la cuota de producción mundial pasando del 10% al 20%. Para valorar el impacto de este hecho desde una perspectiva de mercado, IDC acaba de publicar su nuevo “Worldwide Semiconductor Technology Supply Chain intelligence”, que confirma el desajuste entre la oferta y demanda de semiconductores, con un crecimiento de la demanda del 24,4% en 2021 en EMEA, la segunda zona con el crecimiento más rápido a nivel mundial.

La ley es una respuesta a la actual escasez, pero también está relacionada con los recientes movimientos de la UE para mejorar su soberanía digital y tecnológica en las próximas décadas. También aborda el ámbito de permisos y certificaciones, inversiones marco, acceso de las pymes y medianas empresas a la financiación en innovación, puesta en marcha y expansión; y, lo más más crítico, instrumentos para anticipar futuros problemas en el suministro de semiconductores.

“La Ley Europea de Chips es la primera política del lado de la oferta cuya intención es potenciar todo el mercado europeo, modificando las estrictas normas de competencia y antisubvenciones que caracterizan al mercado de la UE”, declara Anielle Guedes, IDC senior research analyst for IDC's European Customer Insights & Analysis group.

Desafíos

Si bien el momento es muy oportuno, los planes para aumentar la producción de microprocesadores en Europa tardarán en materializarse debido a los plazos y capital que requieren las fundiciones. Por ello, va a pasar mucho tiempo antes de vislumbrar el resultado. A esto se añade que una parte muy significativa de los fondos proviene de los estados y como tal están pendientes rondas de aprobaciones. No obstante, los proveedores tecnológicos no pueden permitirse el lujo de esperar hasta que se solucionen los desajustes entre la oferta y la demanda. Como explica Rudy Torrijos, IDC research manager, Enabling Technologies and Semiconductors, “si queremos mantener la participación de Europa en este mercado es obligatorio aumentar su inversión en la fabricación de los semiconductores en los próximos 10 años”.

Finalmente, según Guedes, “existen desafíos de competencia por delante que la CE debe abordar mediante la promulgación de políticas adicionales o reajustando la Ley de Chips para mantener a flote las industrias críticas, cubrir los vacíos nacionales y garantizar las reglas antimonopolio. Sin duda, Europa sería más competitiva en el mercado de microprocesadores si afrontara la brecha de inversión para nuevas fábricas, la falta de talento cualificado en el diseño de microprocesadores y pudiera transferir sus capacidades de I+D de última generación a la producción a gran escala”.