Cómo afronta Snom los numerosos retos que afectan al sector logístico

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Snom logistica

A pesar de que el sector logístico se enfrenta a retrasos en la entrega por la crisis energética o conflictos como el de Ucrania, disparándose los precios de los servicios de transporte y produciendo cuellos de botella, Snom ha sabido adaptarse a adversidades y mantenido su cadena de suministro regularmente.

Tras la presión sufrida por las cadenas de suministro mundiales en los dos últimos años, el sector logístico se enfrenta a un momento de grave escasez de personal y una demanda menguante, que empuja los precios a niveles anteriores a la crisis del coronavirus.

“El sector de la logística ha tenido que hacer frente a numerosos retos en los últimos años: retrasos en la cadena de suministro, la crisis energética, el conflicto de Ucrania, problemas de infraestructuras, huelgas, escasez de conductores y reducción de capacidad, al intentar las navieras contrarrestar el descenso de las tarifas de los fletes marítimos”, afirma Gordon Raschig, Jefe de Logística de Snom Technology. “Todo ello ha repercutido en la eficiencia y en los costes de los procesos logísticos, por lo que las empresas han tenido que adaptarse y encontrar soluciones innovadoras para hacer frente a estos desafíos y mantener sus cadenas de suministro en funcionamiento”.

Acumulación de problemas

A pesar del alivio de las circunstancias del coronavirus, la continua presión sobre las cadenas de suministro durante 2022 se convirtió en algo habitual, con entre el 10 y el 12% de las mercancías atascadas en los buques portacontenedores que permanecían en espera. A la estrategia china de "covid cero" se sumó el estallido del conflicto de Ucrania, a consecuencia de la cual se produjeron cuellos de botella, especialmente en el suministro de energía, y con ello un aumento de los costes del combustible, disparándose los precios del transporte.

La formación de nuevas alianzas de transporte a causa de la contienda también ha repercutido en las rutas y relaciones comerciales, igual que la acumulación de mercancías en el transporte marítimo y aéreo. , que ha originado más retrasos e incertidumbres en las cadenas de suministro e incrementado los costes para aquellos que dependen de las entregas a tiempo.

El transporte de mercancías por camión también ha padecido los efectos de la creciente escasez de personal a causa del coronavirus, los conflictos y el Brexit, así como los correspondientes cuellos de botella en la capacidad. En consecuencia, las tarifas fueron muy altas durante 2022. Además, la falta de conductores sigue siendo un problema crítico para el sector logístico, generando retrasos.

Las previsiones de proyectos y los recortes de inversión a causa de la recesiva situación económica mundial afectan también a la infraestructura logística. Puentes, esclusas, carreteras y redes ferroviarias de algunos países de la UE se encuentran a menudo en un estado lamentable, lo que agrava los retrasos y amplifica los costes.

Recesión y nuevos tiempos

Pese a que a finales de 2022 la situación de la logística mejoró y los costes de flete descendieron, las preocupaciones por la recesión provocaron una reducción de la demanda mundial. Ante esta situación, y para contrarrestar una nueva caída en picado de los precios, las navieras moderaron sus propias capacidades, ahora ya plenamente disponibles. No obstante, como la demanda sigue siendo relativamente débil, muchos esperan un nuevo descenso de los precios, aunque los de la parafina, el petróleo crudo y el "jet fuel crack" han bajado, pero siguen siendo elevados.

Después de que las estrategias convencionales de suministro único fracasaran estrepitosamente en los dos últimos años, los fabricantes y las empresas de logística disponen ahora de más combinaciones de rutas gracias a la reducción de la congestión y a la capacidad adicional. En cuanto a China, aunque se espera que mantenga su papel como fuente transcendental de la cadena de suministro, la situación geopolítica actual y su mala reputación como país proveedor, abren el camino hacia opciones cada vez más interesantes. En Snom, por ejemplo, muchos modelos de la serie de teléfonos IP D7xx ya se fabrican en Malasia, y se prevé el traslado de la producción de algunos modelos D8xx a este país para finales de 2023.

De igual modo, y aunque la crisis energética ha retrasado los proyectos de reconversión hacia la sostenibilidad de la cadena de suministro y los medios de transporte, se percibe un cierto despertar, y ya pueden verse, por ejemplo, los primeros camiones propulsados por baterías.

"Aunque muchos de los imponderables de los últimos años están en vías de recuperación, ha habido algunas complicaciones graves de otro tipo. Por supuesto, en Snom intentamos atenuar todos estos factores y hacer llegar nuestros productos a los países a un precio y en una fecha aceptable. Pero sigue siendo una especie de malabarismo con algunas incógnitas en el aire", concluye Gordon Raschig.