El 95% de las empresas ha sufrido una interrupción no planificada en el último año

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La inadecuada protección de datos y los retos que la pandemia plantea a la continuidad de las operaciones obstaculizan las iniciativas de transformación de las empresas. Actualmente las empresas no hacen backup de un 14% de los datos y un 58% de las recuperaciones fracasan, dejando los datos sin protección.

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Los retos relacionados con la protección de datos comprometen la capacidad de las empresas para ejecutar iniciativas de transformación digital en todo el mundo, tal y como indica el Informe 2021 de protección de datos de Veeam, que indica que un 40% de directivos ha señalado la pandemia de la COVID-19 y la incertidumbre económica resultante como las principales amenazas a la transformación digital en la empresa durante los próximos doce meses.

“En los últimos doce meses, directivos de todo el mundo se han enfrentado a una serie de retos nuevos que tienen que ver con cómo garantizar la protección de datos en un entorno de operaciones muy diverso”, afirma Danny Allan, director general de recursos tecnológicos y vicepresidente sénior de estrategia de producto en Veeam. “Los esfuerzos de las empresas se topan con sistemas TI tradicionales y funciones de protección de datos desfasadas que suponen un freno junto con todo el tiempo y el dinero que se está destinando ahora a hacer frente a los retos más urgentes que plantea la COVID-19. Hasta que no se resuelvan estas cuestiones, las empresas no podrán disfrutar de una auténtica transformación”.

Los encuestados respondieron que las funciones de las que disponen para la protección de datos no son capaces de seguir el ritmo a lo que demanda la transformación digital de la empresa., lo que representa una amenaza a la continuidad de las operaciones. A pesar del papel clave que desempeña el backup en la protección de datos, no se hace backup de un 14% de los datos y un 58% de las recuperaciones fracasan, dejando los datos de las empresas sin protección y sin opciones de recuperación en caso de producirse una interrupción del sistema por culpa de un ciberataque.

El informe revela asimismo que las interrupciones no planificadas suceden con cierta frecuencia, un 95% de las empresas ha tenido una en los últimos doce meses. Uno de cada cuatro servidores ha sufrido al menos una interrupción no planificada el año pasado, lo que significa que las empresas también conocen el impacto del tiempo de inactividad y de la pérdida de datos. Lo relevante es que las empresas son conscientes de cómo afecta esto a los resultados, más de la mitad de los directivos respondió que estas interrupciones pueden hacer que clientes, empleados y accionistas dejen de confiar en la empresa.

Los directivos son conscientes de que es necesario adoptar un enfoque en el que cloud sea la prioridad. Muchos ya lo han hecho, ya que un 91% ha incrementado el uso de servicios cloud en los primeros meses de la pandemia y un 60% planea añadir más servicios cloud a su estrategia TI. No obstante, aunque las empresas reconocen la necesidad de acelerar su transformación digital en los próximos doce meses, un 40% es consciente de que la incertidumbre económica supone una amenaza para este tipo de iniciativas.

Según Allan, “en general, las empresas están adoptando cloud porque quieren modernizar la protección de datos de forma urgente. En 2023, un 77% de las empresas en el mundo utilizará backup en cloud, lo que aumentará la fiabilidad del backup, cambiará la gestión de costes y liberará recursos TI que podrán centrarse en proyectos de transformación digital para que la empresa pueda destacar en la economía digital”.

En los próximos dos años la mayoría de las empresas espera reducir de manera gradual y continua el número de servidores físicos, manteniendo y reforzando la infraestructura virtualizada y adoptando estrategias centradas en cloud o “cloud-first”. Esto supondrá que la mitad de las cargas de trabajo de producción se alojará en cloud en 2023, por lo que las empresas tendrán que replantearse la estrategia de protección de datos para estos nuevos entornos de producción.

En este sentido, el backup está cambiando, pasando de estar on-premises a soluciones basadas en cloud y gestionadas por un proveedor de servicios. Esto queda claro al observar su trayectoria, que registró un 29% en 2020 y que se espera alcance un 46% para 2023. Se estima que un 46% de las empresas en todo el mundo trabajará con un proveedor de backup como servicio (BaaS) antes de 2023 y un 51% planea adoptar la recuperación en caso de desastre como servicio (DRaaS) en ese mismo periodo de tiempo.